Al finalizar la segunda guerra mundial, Berlín quedó
dividida en cuatro sectores: el sector soviético, el francés, el inglés y el estadounidense.
Posteriormente, en 1949 el área oriental que estaba en poder de los soviéticos
quedó bajo la jurisdicción de la llamada República Democrática Alemana (RDA) y
los otros 3 sectores se unieron formando un área gobernada por la República
Federal Alemana (RFA). De este modo, con el objetivo de separar a los dos
sectores claramente diferenciados de la Alemania nazi, se creó un gigantesco
muro de hormigón imposible de derribar cuya finalidad era separar a la República democrática y la federal.
De este modo, un gran número de familias quedaron separadas.
La separación se debe a las tensiones entre ambos bandos, motivadas por la
creación por parte de los aliados de una nueva moneda común: el “Deutschemark”
Esta medida sorprendió soberanamente a Stalin. Viendo como el capitalismo se acercaba en
forma de dinero hacia su bello paraíso comunista, decidió aislar el Berlín
occidental para, a la larga, intentar tomar el total de la capital. Esto
provocó que la Unión Soviética.
Años más tarde, la zona occidental empezó a prosperar mientras
que el lado soviético sufría importantes problemas económicos, lo que generó la
migración de la población hacia la zona occidental.
La extensión del muro
fue de unos 155 kilómetros, 43 de ellos pertenecientes a la frontera entre el
territorio capitalista y la región comunista. En su elaboración participaron
entre 40.000 y 55.000 trabajadores y
policías (los cuales protegieron la frontera durante las labores de
edificación).
Los operarios manejaron
unos 45.000 bloques de cemento de
2.750 kilogramos cada uno y con
unas medidas de 3,60 por 1,20 metros.
Una vez que se erigió, la tapia se podía atravesar únicamente mediante ocho
pases y vías que permitían el acceso de la zona oriental a la occidental, y
sólo seis que permitían viajar de la RDA hacia la zona capitalista de la
ciudad.
Con el paso de los años
la URSS comenzó a agonizar. Este hecho, unido a los deseos de
democracia de los ciudadanos del Berlín Oriental, provocó que en la República Democrática
de Alemania (RDA) empezara a reclamar
contra el aislamiento y a solicitar los mismos derechos de los que se disfrutaban en el oeste.
Sin saber cómo resolver
esta crisis, Erich Honecker (presidente
del Consejo de Estado de la RDA) se vio obligado a dimitir el 18 de octubre de
1981, siendo sustituido por Hans
Modrow.
Finalmente, ante la
presión popular, el gobierno determinó el 9 de ese mismo mes la apertura total de las fronteras.
En cuanto la noticia se
extendió, miles de personas acudieron hacia el muro «La noticia del Comité
Central fue seguida por la movilización masiva de los ciudadanos berlineses,
muchos de los cuales se dirigían al muro con el fin de abandonar el país.
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